El revestimiento PVD es una tecnología para depositar una fina capa de revestimiento, que ofrece durabilidad y un acabado de alta calidad para diversos materiales, como metales y plásticos. Aunque esta tecnología es muy popular, todavía hay mucha información confusa sobre su uso y ventajas.
Analicemos algunos de los mitos y verdades más comunes sobre el recubrimiento PVD.

Mito 1 « El recubrimiento PVD es sólo una capa estética
Aunque el revestimiento PVD es conocido por ofrecer un acabado sofisticado, también proporciona resistencia. El PVD crea una capa protectora sobre el material, aumentando su durabilidad y resistencia a los arañazos, la corrosión y el desgaste, especialmente en entornos que requieren una alta resistencia. Es muy utilizado no sólo por su belleza, sino también por su durabilidad.

Mito 2 « Cualquier revestimiento de PVD es resistente a los arañazos
A pesar de ser resistente, el PVD no es indestructible. La resistencia al rayado depende de la aplicación y del material base. En el caso de productos de uso frecuente, como grifos y mangos, el revestimiento ayuda a minimizar los arañazos, pero no elimina por completo la posibilidad de que se produzcan daños. La durabilidad varía según el tipo de material y las condiciones de uso.

Mito 3 « El PVD es perjudicial para el medio ambiente
El proceso PVD es en realidad una de las alternativas más respetuosas con el medio ambiente en el sector de los revestimientos. A diferencia de otros métodos que utilizan productos químicos, el PVD no genera residuos peligrosos, ya que se trata de un proceso físico. No libera sustancias tóxicas al medio ambiente, por lo que es una opción sostenible para muchas industrias.

Mito 4 « El revestimiento PVD es muy caro
Aunque el PVD tiene un coste inicial más elevado que otros métodos de revestimiento, a la larga resulta ser una inversión rentable. La durabilidad y resistencia que ofrece se traduce en una menor necesidad de mantenimiento y sustitución, lo que reduce los costes a lo largo del tiempo. Además, su versatilidad lo convierte en una opción económica para muchas industrias.

Mito 5 « El PVD sólo es aplicable a productos de lujo
El PVD se utiliza ampliamente en sectores de gama alta como la joyería y la relojería, pero también en productos cotidianos como ferretería, utensilios de cocina y accesorios de baño, e incluso en componentes electrónicos. Esta versatilidad permite aplicarlo tanto a productos de lujo como a artículos cotidianos, ofreciendo elegancia y resistencia a distintos tipos de productos.